estás arruinado, pensar en tus deudas no las solventará. Un hombre puede examinar sus heridas todo el año, pero no se curarán lo más mínimo porque se dedique a sentir su escozor y a contar el número de ellas. Es un truco del diablo tentar a un hombre a estar satisfecho aun cuando siente que ha pecado, y otro truco del mismo engañador el insinuar que el pecador no puede estar satisfecho confiando en Cristo a menos que pueda añadir algo de desesperación a la obra ya finalizada del Salvador. Nuestros
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